Neuquén casi Ramírez tiene esa cualidad que pocas zonas logran: te deja vivir en calma sin alejarte de nada. Caminás unas cuadras y estás en la avenida principal; doblás y se abre el Parque Urquiza; bajás un poco y aparece la costanera con su viento fresco. Es barrio, pero con la ciudad entera al alcance de la mano.
En ese entorno, esta casa espera con una presencia serena, sólida, de las que se construían para durar. Apenas entrás, el recibidor te acomoda: es ese espacio que te hace bajar los hombros y sentir que ya estás adentro.
Más adelante, el corazón de la casa se divide en dos latidos:
una cocina–comedor que huele a vida cotidiana, y una sala de estar que pide sobremesas largas, visitas, tardes sin apuro.
Los tres dormitorios completan la zona íntima con buena distribución, ideales para familia, trabajo en casa o creación de espacios personales.
El patio es un capítulo aparte.
Tiene esa mezcla tan valiosa: parte abierto, parte cubierto, galpón para guardado, asador para juntadas. Un rincón que te acompaña en todas las estaciones, desde el sol del verano hasta los inviernos que piden fuego y charla.
Es una propiedad pensada para quedarse, para armar rutinas lindas, para vivir bien.
Una casa que se siente honesta, práctica, cálida.
Invita a recorrerla sin apuro… y es muy probable que, al final, invite también a quedarse.
Descripción
- Cantidad de Habitaciones: 3
- Baños: 1
- Garage: Si




